Defiendo la estabilidad y exhibición de todos los monumentos. Para bien o para mal, certifican la Historia. Un monumento ecuestre no puede depender del personaje en bronce que monta sobre el caballo. Ni el personaje ni el caballo son imprescindibles para las siguientes generaciones, pero forman parte de la Historia. En Francia, los monumentos son intocables. A menos de un centenar de metros, se alzan en París los recuerdos escultóricos de Luis XVI y de Robespierre. El primero fue guillotinado por órdenes del segundo, pero aquello sucedió, y la Historia de una nación no es otra cosa que un conjunto de sucedidos, agradables o desagradables, que inmortalizan a sus principales protagonistas. Cuando empezaron a derribar estatuas del General Franco, Felipe González, presidente del Gobierno socialista, acertó en su comentario. “Ahora es muy fácil. No nos atrevimos a descabalgar a Franco de su caballo cuando Franco vivía”.
En Barcelona, la burra de la Colau, imponiendo la moral o la inmoralidad del siglo XXI al siglo XIX, retiró el gran monumento a don Antonio López, Marqués de Comillas, promotor del Ensanche de la Ciudad Condal. Que si había llevado esclavos en sus barcos hacia....
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4 Replies to “MONUMENTOS”
La Historia, los hechos histórico, los de verdad, las cosas que realmente han sucedido, y se conocen a ciencia cierta, están ahí, nos gusten o no. Manipular la Historia a conveniencia de la generación de turno, del indocumentado fanático de cada época, conduce al auto engaño, que no sirve para nada, y al adoctrinamiento de unos cuantos, poco mas.
A la masa le da igual cual sea la verdad contrastada. Está a lo que le vendan y reacciona en consecuencia, no piensa, solo traga y de esas tragaderas irreflexivas se alimentan los que la dirigen para lograr, o al menos así lo creen, su propósitos a corto plazo. Lo mismo vitorean a Luis XVI que al día siguiente, los mismos, le cortan la cabeza. La Masa, como tal, es un arma, pobre arma, en mano de sus desaprensivos agitadores.
Hitler, en pleno S.XX, consiguió trasformar en masa a la mayor parte del culto pueblo alemán. Lenin, Trostski, Stalin lo tuvieron mas fácil con un pueblo ruso bajo mínimos. Hoy, estos radicales, vividores, de extrema izquierda quieren trasformar en masa a los mas desfavorecidos del S.XXI. Lo estamos viendo en toda América, donde esa masa destroza estatuas y reniega de su Historia, manipulados por los mas indeseables intelectuales de esa izquierda comunista radical.
Y pretenden hacerlo en Europa, destruyendo la civilización occidental, romano/cristiana, e intentan implantar en España, el eslabón europeo mas debilitado y fragmentado, un sistema rupturista que acabe con la Nación mas antigua de cuantas componen eso que se quiere llamar Unión Europea.
La destrucción de los símbolos contrarios a sus propósitos y la ponderación de iconos propios y propicios forma parte del juego que practican.
La Ley de Memoria Histórica de Zapatero y la ampliación que ahora preparan,- con Sánchez como adalid, salsa de todos los guisos,- no es otra cosa.
Lo malo, aquí y ahora, es que los afectados por este tipo de actuaciones callan miserablemente, se dejan hacer y llevar, no actúan. No actuamos.
Como hizo Rajoy, con su mayoría mas absoluta, que ni tocó la nefasta ley; como tantas otras cosas que dejó de hacer, este Registrador inane, para vergüenza de muchísimos de los que le habíamos votado. No más, y Casado va por su camino.
Y si, o todos jugamos con las mismas reglas o acabaremos, ejemplo mas reciente, como Nicaragua; y Europa como América, de norte a sur. Dios no lo quiera, ni permita, pero mal vamos, muy mal.
Buenos días.
La ley de memoria histórica lo que pretende es una damnatio memoriae en toda regla. Borrar de los libros, las calles, los monumentos, toda referencia de lo que unos consideran que debe ser borrado Pero esto no es de nuestra época. Ya pasó miles de años atrás. El faraón hereje, Akhenaton, intentó ser borrado de la historia, y su ciudad Amarna, fue abandonada y hoy es el recuerdo de una ciudad abandonada y absorbida por las arenas del desierto. Esa es la ley que se aprobó, y que otros partidos políticos no derogaron. Creo que a veces es peor la inacción de unos que la acción de otros.
Habrá que hacerse alguna pregunta sobre las razones que nos están llevando a tanto desatino: ¿Será que nos estamos volviendo locos? O ¿quizás estamos atravesando una etapa en la que el binomio ignorancia-estupidez está dominando la tierra? Lo más probable es que sea un mix de ambas cosas. En cualquier caso, hay algo más que probable: como este estado de las cosas dure mucho tiempo, no sólo en nuestro país, sino también en el mundo entero, va a ocurrir que, parafraseando a Alfonso Guerra, no nos va a conocer ni la madre que nos parió. En fin, algún día, no tardando, nos veremos exclamando: “Beatus ille”.
Pax vobiscum.
La “reconciliación”, señor Ussía, se dio ya en época de Franco. Y Franco respetó la libertad y los derechos humanos. El Campechano no nos ha traído nada bueno.