NO ME MIRE EL CULO

Si la mirada es prohibida, estaremos ciegos.

                En los primeros tiempos del ecologismo coñazo, se llegó a proyectar una Ley que prohibía a los afortunados humanos que se topaban con un lince, que se produjera un cruce de miradas entre ellos. Según los majaderos de aquellos años , la mirada del hombre en los ojos del lince podría quebrar su armonía anímica y perjudicar su salud. 

Publiqué en ABC un artículo titulado “No me mire que soy un lince”, que causó furor entre los ecologistas “sandía”. Posteriormente, y en el maravilloso “El Horcajuelo” de mi llorado e inolvidado Luis de la Peña, en las faldas movidas de Sierra Morena, he tenido la fortuna de encontrarme con linces y mirarlos a los ojos. El lince es muy presumido y gusta de ser observado. Uno de ellos, de los que vi y miré, se hallaba a menos de cincuenta metros mientras se cenaba una cervatilla con parsimoniosa solemnidad. Me miró, lo miré, y siguió con el banquete. Y otra tarde, avisados por el Guarda Mayor, Emilio Higueras, junto al gran estanque en las inmediaciones de la casa del Horcajuelo, disfrutamos de otro lince, más grande y poderoso que el anterior, y con mejor sentido de la gastronomía,  que se estaba comiendo un gamo de pocos días. Su reacción fue la misma. Posó, nos miró, se cansó de mirarnos, y le hincó el diente al tierno y desdichado gamo con elegante serenidad. Se trataba de un lince, que de haber nacido humano, hubiera sido un cliente habitual de “Horcher”, el mejor restaurante de Madrid sin espacio a la duda.

             El lince se sabe libre de cualquier peligro, y no huye de la presencia humana, si bien se establece de mutuo acuerdo una distancia de común respeto. El 95% de los linces que son encontrados muertos, fallecen como consecuencia de los atropellos en carriles y rotondas, que han sido colonizadas por conejos, su manjar preferido. El lince es un prodigioso engreído que se siente intocable, y en las rotondas cruza la carretera sin preocuparse por el tráfico. No es tan listo como se dice. El lince, por exceso de orgullo y soberbia, es víctima de la prepotencia heredada de sus mayores. Un animal portentoso , cuyo número de ejemplares ha aumentado notablemente gracias a los esfuerzos y el dinero invertido, principalmente, por los propietarios de sus paisajes y territorios.

             Ahora, el Ministerio de las idiotas, denominado de Igualdad. feminazi, rebosado de obsesiones sexuales, enemigo de la masculinidad y síntesis de la majadería, se apresta a exigir que en las empresas se vigilen las miradas huidizas de los hombres al paso de sus compañeras de trabajo. Ellas si pueden mirar con sentido artístico o deseo oculto los traseros de los tíos, pero ellos no podrán quedarse bizcos como consecuencia de la belleza de algunos culos femeninos. “No me mire el culo que lo denuncio”

Esta necia que se gasta 500 millones de euros de todos los españoles en sus gilipolleces obsesivas,  nos quiere prohibir a los hombres mirar y admirar los perfectos antifonarios de la mujer. Por otra parte, hay mujeres que se sienten ofendidas si no son miradas, y también las que, por sus andares, llaman la atención más de la cuenta para ser investigadas por los ojos furtivos masculinos. En sus “Memorias, Entendimientos y Voluntades”, Camilo José Cela, recuerda la cuarteta.

“Mujer que al andar culea,
y al mirar los ojos mece,
yo no digo que lo sea,
pero sí que lo parece”.

Se lo atribuye a Tadeo Valdescorriel, director espiritual de su tía doña Andrea Berruelo, droguera de Sarracín de Aliste. Si bien, con anterioridad, en el Memorial Satírico (Imprenta de doña Dolores Turba, Madrid 1889) aparece una quintilla que sin duda inspiró el amago de plagio de Valdescorriel. Es su autor, Francisco del Álamo, poeta natural de Jijona, donde el turrón.

”Dama que el culo al andar
lleva y viene sin cesar
y que al mirar se estremece,
fresca no se ha de llamar
pero sí que lo parece”.

            Si la mirada es prohibida, estaremos ciegos. Mirar a una mujer atractiva es el primero y último consuelo del hombre. Mejor que mirar a un lince. Este “Registro Empresarial de Mirones” lo promueven las mujeres que nunca han sido miradas.

                                                       Alfonso USSÍA

(Visited 1.286 times, 1 visits today)

Comparte:

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

One Reply to “NO ME MIRE EL CULO”

  1. Fernando José Fernández de Tejada Simoes dice:

    Y para que tener mirada de lince si ya no tengo donde mirar.
    He pensado, viendo lo que estoy viendo, y las tonterías que un día si y otro también padezco, que lo mejor, para medrar, será, en este país, que va camino de ser de ciegos, montar una empresa de capuchas ciegas que eviten miradas para que no te puedan encerrar. De las mascarillas a las capuchas, vaya plan.
    Yo creo que todo esto, de los culos, témporas, regalitos a la incipiente mayoría de edad,- para que se lo gasten en libros, ja, ja, y ja, ja, ya,- , mas lo de los alquileres,- que se va a quedar en na de na,- es para que no nos fijemos en lo
    realmente importante.
    Vivimos bajo un GOBIERNO ANTI CONSTITUCIONAL en un claro ESTADO de INCONSTITUCIONALIDAD.
    Vamos a ver, si el Estado de Alarma, el primero y el segundo, no es constitucional, y así lo declara el Tribunal, cuanto se ha hecho, decretado, es ilegal y por tanto lo legislado nulo, por inconstitucionalidad sobrevenida. Luego España, los españoles, estamos soportando una situación, al margen de la ley, que nos viene perjudicando desde que se declararon los Estados de Alarma, con efectos de Estado de Excepción, de manera notoria y abrumadora.
    Nos ha pasado de todo, se han vulnerado derechos y libertades, se ha abusado de controles y no digamos de contrataciones masivas y delictivas; acordando a dedo compras millonarias que han perjudicado a muchos y beneficiados a unos pocos, todos del partido o partidos en el gobierno.
    Aquí ha prevaricado con ocasión de esta Pandemia el Gobierno en pleno, de manera consciente y abusiva. Y aquí no pasa nada. Nos vamos a quedar, como tontos, todos, con mirada de lince encapuchada, fijándonos en si pasa o deja de pasar un culo mas o menos, en si dan o dejan de dar esto o aquello para que los dieciocho añeros se gasten unos cuantos euros, que sumados serian, si les llegaran algún día que no les llegarán, miles y miles. En eso nos vamos a fijar, en las maniobras de distracción, con eso nos van a seguir engañando y nosotros picando como auténticos pardillos. Por favor.
    Donde están las consecuencias de las Sentencias del Tribunal Constitucional.
    Señores de los Partidos de la oposición, reaccionen ya, pidan responsabilidades, políticas todas y las penales que procedan.
    Han actuado y abusado del poder a sabiendas de lo que hacían, y eso desde el primer momento, lo prepararon a conciencia.
    Mientras se les deje hacer lo que les salga de donde Vds. están pensando y no les pase nada, aquí no hay nada que hacer, tienen la partida ganada y, en consecuencia, los demás perdida. Está claro.
    Este no es el lugar para hacer un dictamen jurídico pero hay base y motivos para pedir responsabilidades de todo tipo. Las hay de sobra y es necesario plantearlas con carácter inmediato, sin caer en los señuelos, en las maniobras de distracción que desde el gobierno se vienen haciendo, fuegos artificiales, estos últimos días.
    Por favor, por una vez, señores de la oposición, no permitan que nos sigan y les sigan tomando el pelo y por tontos, que para eso están ahí, ocupando un escaño cada uno en el Congreso de los Diputados. Están para evitarlo y hacer, si es que saben, a veces lo dudo, su trabajo.
    Buenos días, preparado para las nuevas sorpresas que nos depare este.
    Por cierto, estoy en Sierra Morena, plena ruta del Tempranillo, entre encinas y olivares, de Loja a Benamejí, encontrándome con todo tipo de bichejos en mis andares. Mi caballo, ayer, a punto estuvo de desmontarme, se asustó de no se qué, que no pude ver, lo único que se es que no era Sánchez, aguanté y tiré para adelante.
    Lo dicho, buenos días.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otros artículos destacados

Alfonso Ussía

¡Ser normal no es nada fácil!

Sígueme en Twitter

PÁGINAS

ÚLTIMOS ARTÍCULOS

CONTACTO