A un precioso campo con castillo, en las inmediaciones de Toledo, llegó un circo ambulante. El propietario, muy escaso de estatura, le concedió permiso de estancia con una condición. Que todos los empleados de su finca, con sus hijos y alguno de ellos ya con nietos, accedieran gratuitamente a las sesiones que se les antojaran. Don Pedro, que así se llamaba el dueño, presidió la primera sesión. Después de los números del león sin dientes, el oso que montaba en bicicleta y se dio un trompazo, los payasos sin gracia y el domador de focas, llegó el número estelar. Los liliputienses. Unos enanitos que hacían toda suerte de gracias y habilidades en la pista. El presentador, con ese tono de voz que usaban todos los presentadores de circo, los anunció de esta manera: “Y por primera vez en Toledo, con carácter exclusivo…¡Los liliputienses!"
Y los liliputienses, dando volteretas y demás escorzos muelles salieron a la pista entre aclamaciones. Pero silenciadas las palmas se oyó una voz que predominó en el recinto: “¡Qué putienses ni qué putiensas? ¡Son enanos, como don Pedro!” Se trataba de...
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2 Replies to “EL TAPÓN CON SOMBRERO”
Coincido plenamente.
Lo malo de todo lo que está sucediendo en Hispano América, lo apuntaba días atrás, no está en las gorras cubanas, gorros bolivianos y, ahora, sombreros peruanos, sino en las cabezas de los iluminados que están debajo.
Es realmente desgraciado, una autentica desgracia, que todo el sur de un continente, desde Méjico a la Patagonia, tan increíble, con culturas entrelazadas tan importantes, ricas y dispares, se convierta en campo de pruebas del comunismo mas soez y peligroso del S.XXI.
Como es posible que Occidente esté permitiendo que ese destructor de libertades, cuerpos , almas y economías, triunfe, se consolide, y atente contra la libertad de millones de personas, con fraudes tan claros como los protagonizados en Venezuela, Nicaragua y Perú en estos últimos días.
El mundo libre está pecando, entre otras muchas cosas, de inacción, y el Gobierno de España, además, de complicidad y colaboracionismo, de forma vergonzosa y vergonzante.
Y si, es ridículo, pero un ridículo peligrosísimo. Que lo grotesco no nos impida valorar, en toda su dimensión, lo que tenemos encima, representado por lo que está debajo de ese sombrero.
He vivido en Argentina y el odio hacia lo español es indescriptible, son tan ridiculos que ellos Se auto definen como italianos que hablan español, su incultura no les deja ver que están rodeados de todo lo español : San Isidro labrador, el gomero … en cada rincón te encuentras algo “ nuestro”.
La pena del discurso anti Castilla de este nuevo iluminado peruano es que no fuera contestado y bien contestado por nuestro Rey Felipe, que con su buenismo y silencio cada vez me representa menos . Os imagináis ante tal afrenta que el Principe Carlosde Inglaterra se mantuviera callado. La leyenda negra se importó en España por la dinastía borbónica procedente de Francia.
El silencio y el complejo de Felipe II es una vergüenza , sino nos defiende el quien lo va a hacer?