Con los calores tórridos, que han superado en Cantabria y Asturias los 35 grados, las playas han sido habitadas. La mar rompe cálida y las olas del norte avisan poco a poco la llegada del nortazo loco, de la galerna. En mi niñez las playas de San Sebastián no frecuentaban los días de viento sur. El municipal Elósegui, multaba con diez pesetas a los bañistas que se cambiaban fuera de las carpas o de los toldos, y con cincuenta pesetas a las españolas con biquini. –Señorita, usted lleva un biquini muy reducido de materia textil y mi deber es sancionarla. – Señor agente Elósegui, se trata de la mademoiselle de mis hijos-: en tal tesitura, señora, si ella es francesa puede seguir con el biquini, pero le advierto que de ser el mismo el que se ponga mañana, será multada por mi autoridad-. A las francesas les autorizaban el biquini, en tanto que a las españolas se les obligaba a embutirse en un traje de baño completo, dejándolas a merced de las atractivas francesas. Hoy, el agente Elósegui, tendría que depositar en el almacén de objetos inservibles su cuaderno de multas y su bolígrafo Bic naranja. En los extremos de las playas todas las mujeres van en Topless o en pelotas, y la cantidad de ellas es tan considerable, que en conjunto pierden interés.
Mi prima Leonor Ussía era muy avanzada Y se empelotaba en Ondarreta. El párroco de la parroquia del Antiguo rogó a mi madre una visita en el despacho parroquial. –Señora, usted es la madre de diez hijos, ocho de ellos varones, todos educados y corteses. Pero son primos de Leonor Ussía, que escandaliza todos los días a los bañistas y las tradicionales familias decentes....
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3 Replies to “PLAYAS”
Hay otras «oltras» mucho mas escandalosas y muchísimo mas putísimas que la nunca hallada prima Ussía; los aulladores faunos la tengan en sus dominios y la disfruten. A esta oltra de marras, no hay mas que echarle un vistazo, no hay quien la pueda disfrutar. A menos, claro está, que se imponga el masoquismo imperante que al parecer domina hoy al, en otro tiempo, sobrio pueblo español y algún venao se anime la próxima berrea.
No se animaría, digo yo, pensándolo mejor, algún que otro francés a cargar con esta y las otras «oltras» que aparecen en la, aquella sí, autentica foto de la vergüenza de la Oltra, con la Colau, la vicepresidenta aguilucho, la mamá médico madrileña y la marroquí rebotada de Rabat. No, los franceses de hoy ya no son como los de ayer. No pican. Una pena.
Pues esta mañana, bien temprano, la señora Oltra ha debido estar moderando los artículos de opinión de El Debate, porque por llamarla «tonta del bote» me han censurado el comentario.
¡Qué suerte tenemos en Chez Ussía!
Putísima la podemos llamar,
sin que nadie nos venga a censurar,
los comentarios de cada día.
¡Digo!
Sufrí ayer una experiencia similar.
Por referirme, objetivamente, ayer al Presidente del Gobierno y a su genuflexa entrevista con Obama, a raíz de la columna de Ussía en El Debate, diciendo:
«Salvando las distancias. Un paleto español de toda la vida tiene mucha más dignidad en el forro de sus calzones que este impresentable hortera en todo su inasumible y dañino ser», fuí severamente censurado. Sin debate.
Añado y digo lo mismo que Vd.