Se dice campanudamente: “Hoy es la jornada de reflexión”. En el fondo es humillante. Los españoles necesitamos, antes de votar, reflexionar durante todo un día lo que no hemos reflexionado en un año.
Los defensores de la jornada de reflexión aseguran que se trata de un día dedicado al pensamiento. Doy por hecho que el 99% de los andaluces que se disponen a votar el próximo domingo, no precisan de reflexiones impuestas. Ya saben a quién van a votar. No soy adivino. Pero apuesto por una rotunda derrota de las izquierdas. El PSOE camina encorvado por el peso de 680.000.000 de euros robados a los trabajadores andaluces. -¿Cuándo van a devolver los 680 millones de euros que han robado a los andaluces?-, preguntó Macarena Olona a una señora del PSOE con bastante mala pinta. –Eso sí que no se lo consiento-, replicó la socialista. Pero ahí se detuvo. No le fluyeron las ideas ni los argumentos. Y claro, Espadas, un hombre que puede figurarse afable en familia, tiene menos gancho que Echenique de boxeador.
Una catástrofe electoral del PSOE en Andalucía, su feudo, su finca, su jardín y su mina, puede arrastrar al sanchismo a su fin. Y el fin del sanchismo se convertirá en un encadenado período de...
Elige el modelo de suscripción que prefieras o, si ya formas parte del Club Alfonso Ussía, accede a tu cuenta:
Contenido privado
Entra o suscríbete ahora
4 Replies to “JORNADA DE REFLEXIÓN”
El fin del sanchismo es lo que deseamos muchos, pero sinceramente, no soy tan optimista. Estos son muy malos, capaces de cualquier cosa para seguir viviendo a cuerpo de rey.
Y ya lo de «un encadenado período de procesos judiciales», mire que lo dudo. Aquí no va a pasar nada, paz y después gloria.
Dios le oiga.
Deseando conocer el resultado de las elecciones andaluzas.
No sirve de nada el día de reflexión. Cómo tampoco el gasto inútil de 2 semanas de de campaña
Todo ese dineral que luego se reparten por el gasto podría ser mejor repartido. Que cada partido se auto gestione su gasto
Esperemos, por el bien de España, no verle nunca más el careto a Antonio. Perdón, Pedrito
Estando de acuerdo en que llegado el «día de reflexión» ya queda poco, o más bien nada, que reflexionar, creo que, al igual que hasta el rabo todo es toro, siempre hay un nutrido grupo de electores que, finalmente, deciden su voto el propio día de las elecciones. Las campañas, aunque siempre pueden inclinar alguna decisión, cuando se inician ya tienen a un grupo mayoritario de ciudadanos con su voto decidido. En la mayoría de los casos, entre la pre y la campaña, los interminables, anfractuosos y hasta apócrifos mítines de los candidatos, con antitéticas visiones de la realidad, terminan por resultar «ad nauseam» hasta para los propios simpatizantes de los predicadores. Siempre pesará más, en la valoración de los electores, la trayectoria histórica de los candidatos, o sea, el balance de promesas y realidades de los últimos años, que las atractivas, improvisadas e interesadas propuestas de futuro desgranadas por los aspirantes a vivir del erario. Excepción, claro está, de aquellos que no habiendo tenido hasta la fecha responsabilidades en la administración pública, y que tendrán que convencer de sus intenciones a desencantados y escamados ciudadanos, tratando de pescar en todos los caladeros.
Estas ya inminentes elecciones al Parlamento andaluz, proporcionan la ocasión de enterrar, de una vez por todas, las dañinas practicas ejercidas por el socialismo que gobernó esa CA como si se tratara de un cortijo propio, desde las primeras elecciones celebradas en mayo de 1982, inaugurando la I legislatura andaluza, hasta enero de 2019, cuando fue sustituido por un gobierno bipartito del Partido Popular Andaluz y Ciudadanos, contando con el apoyo de Vox, iniciando, de ese modo, un proceso de recuperación económico y social tendente a sacar a la Comunidad del marasmo en el que había estado inmersa hasta esa fecha. La realidad es que, aunque bajo el Gobierno presidido por el popular Moreno Bonilla, un personaje actualmente bienquisto por los andaluces, hay que reconocer que se realizaron notables avances en el objetivo mencionado, empero aún quedan muchas cosas por concluir para considerar que se ha hecho un auténtico cambio. La tradicional cobardía del PP, disfrazada muchas veces de prudencia, y el temor a las críticas de la izquierda, dueña de la autoridad moral por gratuita cesión de la derecha, ha vuelto a resucitar sus viejos complejos y no se han atrevido a desmontar todo el entramado estructural y administrativo anterior, ni la redes clientelares creadas por el PSOE para llevar a cabo sus fechorías. Algo absolutamente necesario para desterrar las viejas prácticas y proporcionar el definitivo vuelco en la dirección correcta al objeto de llevar a Andalucía al lugar que le corresponde por su importancia en el concierto de la nación. Si, el próximo día 19, los electores deciden un Gobierno del PP con VOX, la sinergia de estas dos formaciones, sin duda, conseguirán este último objetivo: consolidar el cambio. Sí, por contra, el PP consigue una mayoría absoluta, o bien Cs no se hunde como pronostican las encuestas y se reedita un Ejecutivo como el vigente en funciones, el riesgo de volver al punto de partida quedará en estado latente y los andaluces vivirán con la espada de Damocles sobre sus cabezas.
Pax vobiscum.