Un conocido carpintero norteño, ha interrumpido la dulce soledad de mi aperitivo. Con mucha educación, eso sí. –Perdone que le moleste. Vamos a ver. No soy monárquico, pero no me molesta la monarquía. Y me ha parecido mal lo que hizo el Rey Juan Carlos, aunque no lo hayan explicado bien quienes le están atacando. Pero he leído las barbaridades que han dicho de él los mamarrachos que nos gobiernan y que viven del poder, y he llegado a una conclusión. Si los que le insultan y le critican son esos, el Rey Juan Carlos es inocente. No para la Justicia, que ya ha dictado sentencia. Es inocente para mí, que es lo más importante”.
Y me ha mostrado algunas imágenes y mensajes por twitter. Marlaska, el maltratador de la Guardia Civil y la Policía Nacional, exigiendo al Rey que pida perdón. Anabel Alonso, la Katherine Hepburn española, insultando a los habitantes de Sangenjo. “El público congregado en Sangenjo para aplaudir a Juan Carlos me recuerda a un Zoo”. Faltaba la mona. Ella. Máximo Pradera. La ministra Portavoz del Gobierno. La amargada periodista Rosa María Artal: “ Ni Emérito, ni gaitas, ni Don por puesto”. No se entiende bien lo que escribe, pero se intuye. Escribe peor que habla. Echenique el argentino importado: “Ha comprobado que puede robar con toda impunidad, y todavía tiene una corte de vasallos que le aplauden. Es normal, desde su óptica de sinvergüenza que mienta y que se pueda mear en nuestra cara”. Lo dice el estafador a la Seguridad Social que pagaba en negro a su asistente. Esa Seguridad Social que....
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2 Replies to “POR DEDUCCIÓN”
La gente buena, como usted apunta, de momento, ni está ni se la espera. La lamentable situación del país es, precisamente, consecuencia, no sólo de la deriva de un desaparecido PSOE, secuestrado actualmente por Pedro Sánchez con la aquiescencia, por activa y pasiva, de los viejos prebostes de esta formación política, sino de la cobardía, muchas veces disfrazada de prudencia, de una inmensa mayoría de ciudadanos que, siguiendo las pautas de la derecha más representativa de la sociedad española, se están dejando arrastrar al abismo sin apenas mover un dedo, por el «terror» de ser tachados como «políticamente incorrectos» al apartarse de las normas establecidas por una izquierda que, sin oposición alguna, se ha hecho dueña de la autoridad moral. Todo lo demás: el acoso a la corona, de forma directa e indirecta; el ataque a las principales instituciones del Estado; las concesiones a separatistas y bilduetarras, y un largo etcétera, no son más que parte de un proceso en marcha para la desmembración de la nación. Que lo consigan, o no, sólo dependerá del tiempo en el que Sánchez pernocte en La Moncloa. Como manifestó recientemente un conocido personaje de Esquerra Republicana de Cataluña, cuyo apellido hace honor a su calidad humana: «O llevamos ya adelante nuestro proyecto político, aprovechando la debilidad del actual Gobierno, o tardaremos mucho tiempo en tener otra oportunidad». Frase lapidaria que encierra la realidad de la triste y preocupante actualidad de la política en España, gobernada por una cáfila de delincuentes, mientras la «buena gente» practica el «cocorobochindo». No es que tenga el don de la criptestesia; pero, como reza el refranero «lo que está a la vista, no necesita candil».
Pax vobiscum.
Un poco más de fe en el pueblo español porque, en mi opinión, hay más cera que la que arde.