El nuevo ministro separatista de Universidades, “Joan” Subirats, defiende una consulta, un “referéndum” en Cataluña “para cambiar la estructura del Estado". La primera compañera del Consejo de Ministros que se ha puesto a su lado apoyando la iniciativa ha sido, no podía ser otra, que la vaga de Igualdad y Obsesiones Sexuales.
Estaba visto y previsto que algo así podía suceder. Subirats forma parte de la cuota “Podemos”, a la que Sánchez respeta hasta el infinito. No es cierto que Sánchez les permita todo a sus ministros podemitas y comunistas por temor a problemas con el número de los votos. Sánchez, más que socialista, es podemita. Su deseo es llevar al PSOE hasta los límites que la Constitución permite, importándole un bledo –además-, lo que permita o no la Constitución.
Subirats, fue un claro partidario del llamado “Procés” y depositó su voto en la urna en una convocatoria ilegal y delictiva. En premio a su proceder, fue nombrado por Sánchez y la tucana ministro de Universidades en sustitución del vago de Castells, cuya única virtud, y no desdeñable, era la de su vagancia absoluta. Éste, que hasta se viste de separatista catalán –van uniformados-, es más ambicioso. Los que le conocen aseguran que su nivel de majadería compite con la altura del Himalaya, y que no ha hecho otra cosa en su vida que...
Para seguir leyendo el artículo de Alfonso Ussía hay que estar Suscrito.
Elige el modelo de suscripción que prefieras o, si ya formas parte del Club Alfonso Ussía, accede a tu cuenta:
Contenido privado
Entra o suscríbete ahora
6 Replies to “ESTABA VISTO”
¿No lo conseguirán?. Pero mientras el daño es monumental. No sé, no estoy tan segura. En 2023 veremos qué quiere la masa, a lo peor es la continuidad de todo esto, y hay mucha gente ciega, y muy gregaria, muchos de los que les votan son funcionarios y tienen la vida resuelta. Conozco a varios y siguen con la cantinela. No razonan, no se puede hablar con ellos, imposible.
Veremos.
Que Podemos, y toda la infecta patulea que sostiene a Sánchez en la silla curul de La Moncloa, tienen como objetivo volar la Constitución del 78 y fragmentar España, como nación, para instaurar una especie de república multinacional que contemple las aspiraciones de catalanes, vascos, gallegos y los que se vayan apuntando a este banquete, no es nada nuevo. Desde que Podemos existe ya vienen hablando, de forma abierta de esa aspiración, refrendada, igualmente sin ambages, por los herederos de ETA y todos los movimientos separatistas. Que lo consigan, o no, ya es harina de otro costal. A sabiendas de que con Sánchez al frente del Gobierno tienen el mejor aliado que pueden encontrar para llevar a cabo su proyecto, harán cuanto sea posible, hasta lo más inesperado, para que éste permanezca largo tiempo en el poder. Lo demás, a golpe de decretos Ley, que no necesitan la intervención de las Cortes Generales, y contando con la pasividad del pueblo español, que parece que está a verlas venir, no me sorprendería que fueran minando los cimientos hasta conseguir derribar el edificio. El desenlace de todo este siniestro proceso, calculado, no improvisado, es imprevisible; pero, cuanto menos, es preocupante.
Una región que nunca a sido mas que eso, unas provincias, unos Condados, causantes de constantes dolores de cabeza a sus Reales Señores, desde Carlomagno hasta nuestros días. Y siguen igual, eso si sacando beneficios, «la pela es la pela», pero para los gobernantes ahora autonómicos, no para los gobernados que están pelados y hoy mas contagiados del dichoso virus que cualquier otra parte de España. Una región, como decía, que se enfrenta a su Estado y a su propio idioma; con ansia de poder pero sin saber, nunca lo han sabido, desastre tras desastre, que hacer con el. Sin España, que los sostiene, están abocados al fracaso mas absoluto Ya lo intentaron con Francia y tuvieron que volver a España con las orejas gachas.
A los vascos les sucede tres cuartas partes de lo mismo, nunca nada, Señoríos. Ni tan siquiera eran capaces de entenderse, cada zona hablaba el vascuence que se les ocurría, de caserío a caserío.
Todos estos me recuerdan a los jugadores de póker que usan y abusan del farol. Acaban, como decía antes, con las orejas gachas, el rabo entre las piernas, los bolsillos vacíos y sin un mendrugo que llevarse a la boca; eso cuando además no se llevan de regalo unos buenos soplamocos.
Ahora, esta colección de desarrapados, atentan contra el Estado de Derecho. El mismo que les permite estar en el juego, que les perdona su vida política . Tienen la osadía, se dan el lujo, de incumplir las sentencias y cuestionar las leyes que son su salvaguardia. Leyes y tribunales, amparados por un incompetente Gobierno Central, que les permiten esa insana impunidad con la que le tocan las narices al resto de los españoles. Barbaridades, en definitiva que paga España y subvencionamos todos los españoles, incomprensiblemente, y con ellas al no cortarlas de raíz, sus desvaríos separatistas. Incumplen, como digo, las Sentencias, atentan contra la Democracia y el Estado de Derecho que la sostiene. La una no puede subsistir sin el otro y ellos, si se aplicase la ley con arreglo a Derecho y no por «ensoñaciones políticas», tenían que estar, seguir, en la cárcel. Acompañados, para jugar esa la partida de póker, de trileros, que se traen entre manos, por otros muchos que no ingresaron, escapados cobardemente, como los cobardes que son. Los nuevos mini fichajes, espero que les hagan compañía cuando reingresen. Estos no paran y menos con el amparo que tienen en el monclovita que depende de ellos. Vaya partida, la del Pernales y su banda.
Veremos en que acaba todo esto.
Se han enterado de lo del Belén del Pabellón español en Dubai, creo que es Dubai, es de broma. Chusca, pero broma y una broma muy costosa, y desagradable.
En fin, buenas tardes.
Perdón por alguna errata detectada. Las dichosas prisas, lo siento.
Zapatero no fue el primer paso de la degradación de España. Ese «honor» le corresponde a Adolfo Suárez, en connivencia con… ése que todos sabemos.
Zapatero no fue el primer paso de la degradación de España. Ese «honor» le corresponde a Adolfo Suárez. Y no sólo a él…