Por desgracia no se organizan concursos al respecto. “Mister Tonto” y “Miss Tonta”. Desfile de pasarela y ovaciones. Lágrimas de emoción en los vencedores al ser coronados. Ya en casa, el problema. Como son tontos, no saben cómo quitarse de encima la banda que adorna en diagonal sus cuerpos. De celebrarse estos maravillosos certámenes, los vencedores estarían en el Gobierno. Castells no es tonto, es un vago redomado. Marlaska no es tonto, es un desaprensivo con tendencia al histerismo. La Díaz -que va a ser recibida por Su Santidad el Papa, ya me contarán-, no es tonta, es una cínica. Pero sí hay dos tontos con balcones a la calle en el Gobierno. Ella, “Miss Tonta”, impuesta por su anterior compañero de partido, hogar y lecho, y él, “Míster Tonto” , ministro por cuota del Izquierda Unida y el PCE. Ella, “Miss Tonta” es Irene Montero, y él, “Míster Tonto”, Alberto Garzón.
Un ministro de Consumo que intenta terminar con el consumo, es un tonto a tener muy en cuenta. Su última bobada, impulsar una huelga de juguetes, ahora que llegan la Navidad y Los Reyes Magos. Como ni Garzón ni su láctea esposa son creyentes, ignoro qué día sus hijos recibirán los regalos. Dinero tienen. En la boda se gastaron un pastón y se fueron quince días....
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6 Replies to “TONTA Y TONTO”
Más tontos y no nacen. Hubiera sido un alivio. Pero hoy, en el gobierno. La próxima otra vez votad PSOE.
Me ha encantado la última frase. A mí me gustaría que siguiera siendo tonto pero sin cobrar por no hacer nada, porque al fin y al cabo, su sueldo de tonto sale de los bolsillos de los demás, tontos por decreto. Que se pague él sus tonterías y sus viajecitos a Nueva Zelanda o a Marte,- que se quede y no vuelva- y que trabaje, que es un vago redomado con cara de hortaliza. Si será idiota que quiere que hasta los juguetes hagan huelga. Pobres críos suyos.
Se acuerdan del «tontódromo», del así llamado, allá por los sesenta, la ruta de bares en Serrano.
Ahora tenemos uno ministerial, aunque con infinita menos clase, categoría y buen gusto, sin tan siquiera un » Corrillo» que llevarse a la boca. Y además, son mas feos y feas, que se nota más. Se acicalan, pero no consiguen arreglase, ahí las tenemos delante de nuestras y sus narices.
Son palurdos indocumentados a los que el cargo se les ha subido a la cabeza y eso, unido a su profunda radicalidad, solo produce los esperpentos con los que nos regalan cada dos por tres.
Es triste, y carísimo, que España se vea rebajada a tener que soportar esta clase política; que, no se nos olvide, hemos puesto los españoles y la estamos consintiendo. Salvo honrosas excepciones no hay Dios que la aguante. Eso si , la estamos pagamos todos y bien pagada. Debe ser la penitencia por nuestros pecados, que por lo visto deben ser muchos.
Por cierto Alfonso, aclara lo de tu intimo amigo, casi compadre. Lanzaste la pelota, ponla en su sitio, no es difícil.
Buenos y fríos días. Espero que el niño de Cataluña no pase demasiado, QUE LO ARROPE TODA ESPAÑA; a él y a tantos que como él, y sus ejemplares familias, están pasando un frio que no se puede consentir sin que se le caiga a toda España la cara de vergüenza.
Vaya espectáculo que estamos dando a nivel nacional e internacional. Deplorable.
«Cuando te mueres, no sabes que estás muerto, no sufres por ello, pero es duro para el resto. Lo mismo pasa cuando eres imbécil»
Albert Einstein
«Vais». Sin tilde.
Lo de la recepción de Yolanda por Francisco, está dentro de lo normal. Es una reunión amistosa entre «correligionarios», probablemente para contrastar estrategias de futuro: cada uno en lo suyo, sin descartar la puesta en común.
En cuanto a los juguetes, ¡qué tiempos! Son tradiciones que se van perdiendo en el transcurrir de los años, al compás de los cambios que va experimentando la sociedad: cada vez a peor, según mi punto de vista y criterio, claro. ¿Quién no se emocionó con aquel maravilloso cuento de Christian Andersen, «El soldadito de plomo»? Los niños de mi generación, todos, sin duda. Seguro que ahora, cosas como esta, serán consideradas atávicas y, aun, condenadas por intento de apocatástasis. Eso, en el mejor de los casos. Hasta, quizás, se podría desatar el furor de la ministra de «Igual da» y, amén de entrar en frenética batalla por la determinación del tipo de sexo del lisiado soldadito, acabar en el talego por abuso de posición dominante. En este país, y en este tiempo, la célebre frase del francés Talleyrand, «Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible», no tiene cabida. Prácticamente, a diario, tenemos ejemplos que lo corroboran.