Del mismo modo que ya forman parte del lenguaje urbano la Carabina de Ambrosio y el Coño de la Bernarda –humillado por el ídem de La Montero, qué bonito piropo-, a partir de ahora ingresan con todos los honores en el chapurreo coloquial los Patos de la Ricarda. Son los patos más caros del mundo. Todos juntos, valen más de 1.700 millones de euros.
La Ricarda no es una mujer, como la Bernarda o la Montero, la del berberechís como una mesa. La Ricarda es una finca particular colindante con el aeropuerto de Barcelona, en el Prat del Llobregat. Se organizan bodas y todas esas cosas, y se trata de un humedal con mucho de artificial que los separatistas han elevado a la categoría del Coto Doñana. Lógicamente, los separatistas han renunciado a la ampliación del aeropuerto del Prat en beneficio de los patos de la Ricarda, que tampoco son tantos, aunque más de los que fueron. Con ello acercan a Barcelona aún más a su futuro de aldea. Y Madrid, Valencia y Málaga han celebrado el rechazo del independentismo ecológico y anátido catalán, porque esos dineros, por lógica, caerán a favor de los aeropuertos de Barajas, Valencia y Málaga, menos ricos en patos. Se calcula en más de 30.000 millones de euros lo que dejará de percibir Barcelona en los próximos años por.....
Para seguir leyendo el artículo de Alfonso Ussía hay que estar Suscrito.
Elige el modelo de suscripción que prefieras o, si ya formas parte del Club Alfonso Ussía, accede a tu cuenta:
Contenido privado
Entra o suscríbete ahora
2 Replies to “PATOS DE LA RICARDA”
Eso tiene solución. Cocina catalana. «Pato a la Ricarda» con nabos ,cebollas y zanahorias del huerto de la abuela Carme, especialmente cultivados, también a la Ricarda, todos ellos, y rociados con salsa exclusiva del tío Jordi, creada por su genio para semejante delicia culinaria y ocasión. Por supuesto la carta en riguroso catalán, faltaría mas.
Los millonarios ingresos del invento, al ser catalán de ocho apellidos, (difícil), superarían con creces al destructivo aeropuerto, seguro; invento rentable de narices, perdón pico, y transcendencia mundial.
Con eso todos salvados, la cocina, el humedal y los patos. Claro, todos menos los patos a los que les toque tener que pagar el pato en el plato del guiso de pato; esos «patos» vendrían a ser todos aquellos catalanes que no estén en el ajo del asunto de La Ricarda.
Vayan Vds. a saber cuales son las autenticas entretelas de tan extraño contubernio. Aunque cabe suponerlo, no olvidemos el famoso 3% y lo que hay detrás, mas allá, mucho mas allá.
Por supuesto los millones presupuestados para el asunto irán para Cataluña por otros conceptos en caso de que La Ricarda se quede como está, con los patos vivitos y coleando o a «La Ricarda», lo mismo da que da lo mismo.
Buenos días
Decir que los patos tienen alas es una obviedad. Lo que está claro es que si no se encuentran a gusto en un lugar, las usan.