Durante muchos años, en la vieja e incomparable “Codorniz”, el dibujante Serafín publicaba cada semana un par de dibujos de la “Oficina Siniestra”. Una oficina destartalada, con un jefe déspota y majadero, y centenares de miles de pelotas. Los pelotas llevaban adosados sus números correspondientes para subir en el escalafón del agradecimiento del jefe, y el más activo era el “Pelota 288.321”.
Una vida dedicada a la coba sin fruto, por cuanto diez años después de aparecer por vez primera, el “Pelota 288.321” no había ascendido ningún puesto. El maldito escalafón. Se dice de un monaguillo que daba volteretas de alegría en la Plaza de San Pedro celebrando jubilosamente el fallecimiento de Su Santidad El Papa. Un sacerdote le llamó la atención con severidad. -¿Cómo puede usted celebrar con este jolgorio el fallecimiento del Santo Padre?-.
Y el monaguillo precisó: -Padre, es que el escalafón es el escalafón-.
Cuando el futbolista Emilio Butragueño declaró que Florentino Pérez “era un ser superior”, no sólo se encaramó al más alto podio de los aduladores en España, sino que garantizó su cargo de portavoz del Real Madrid durante los períodos presidenciales de......
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3 Replies to “EL PELOTA”
El pesebre amigo, el pesebre; y el pienso, que no falte.
Estos y muchos, demasiados, como ellos, no se transforman en alfombras porque no solo no tienen vergüenza, no tienen ni flecos. Y como engordan, se han fijado. Tienen hasta brillos.
Y el gobierno, con el Pernales a la cabeza, aparecido, acompañado de «varios» se auto proporcionará otra sesión de brillos a costa de los vuelos desde Afganistán. Hay que tener valor, muchísimo valor, tanto como poca dignidad. Otro montaje de propaganda pura y dura.
Lo que les decía estos últimos días, mejor está en La Mareta.
Al que no entiendo muchas veces es a L. M. Anson mas allá de su devoción por «el coletas». Curioso, muy curioso.
Sr. Ussía, infórmese un poquito mejor. «La Oficina Siniestra» no era de Serafín. Era de PABLO.
Interesante saber que ha escrito Vd, además de ese comentario con tonito de superioridad.
Si las formas no se cuidan puede llegar a parecer un PSánchez, un pantojo o ambos.