Cuando fallece el padre de un amigo, que además es socio y compañero en la política, hay que dejarlo todo y acudir a su lado en pos de consuelo. Un amigo se ha quedado, repentinamente huérfano, y necesita paliar su amargura con la cercanía de la amistad. Hay que marcar con una cruz en la agenda la inesperada circunstancia y adaptar a otros días las citas y compromisos concertados y adquiridos.
Creo que Sánchez, Iglesias, Belarra y Jordi Évole – éste último a título personal-, harían mucho bien a sus seguidores si se presentaran juntos en la capilla ardiente del padre de Arnaldo Otegui, que ha fallecido cuando nadie lo esperaba, a los 95 años de edad. Arnaldo y su padre se querían y admiraban mutuamente, y en los momentos duros hay que olvidarse de las minucias y absurdas discordancias que la existencia procura y acudir al abrazo que espera y necesita quien ha experimentado el estupor que produce la orfandad....
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2 Replies to “LA COMPAÑÍA DEL AMIGO”
Bravo Sr. Ussía. Me temo que no irán, están en la playa o descansando de tanto trabajar. Ya se sabe, el muerto al hoyo, el vivo al bollo.
Eso es. Otegui, no Otegi. Muy bien.