Hoy me siento taurino. Y me propongo recordar a una de las grandes figuras de la tauromaquia. No era torero, sino “veedor” de toros. Don Miguel Criado Barragán, “hijo de legítima madre” como rezaba su tarjeta de visita. Su madre, almonteña, le dio a luz en Almonte el 16 de febrero de 1932. Pero a los dos días ya estaba en Sevilla. Su primer contacto con el mundo del toro lo experimentó cuando ingresó de botones, de chicuco, en la Real Maestranza de Sevilla. Miguel Criado, el “Potra”, seco, señor, sentencioso y discreto. Sabía todo lo que pasaba en el mundo del toro y jamás chismorreó ni concedió una entrevista.
Fue Mozo de Espadas de don Juan Belmonte, y don Manuel Rodríguez “Manolete” se lo llevaba con esa función a sus temporadas mexicanas. Y veinte años con don Álvaro Domecq y Díez, el gran caballero jerezano, padre de don Álvaro Domecq Romero, tan grande como.....
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2 Replies to “EL POTRA Y EL EMPRESARIO”
Es increíble la cantidad de información sobre vidas ajenas que acumula el Sr. Ussia. Y a no ser que tenga un archivo, del mismo tenor es su memoria.
Bravo! Precioso artículo