No soy partidario de las Asociaciones de jueces. El juez tiene que ser juez, justo, medido y equilibrado sin responder a otros componentes ideológicos. Hace años, los jueces no tenían nombre ni apellidos. Todo ellos eran “el juez” o “la juez”, no “jueza” como dicen y escriben casi todos los periodistas. No hay nuez y nueza, ni vez y veza, ni altivez y altiveza, ni memez y memeza, ni estupidez y estupideza, ni una copa de Jerez y otra copa de Jereza.
Pues lo que no había conseguido la acción de impartir la Justicia, lo ha logrado un tipejo que nos ha exportado el peronismo. Un faltón rencoroso al que hemos motorizado los españoles porque en Argentina, su cuna, le negaron la silla que le ha regalado la Seguridad Social que él ha defraudado y por cuyo fraude fue condenado. Un tipejo que termina de ser nuevamente condenado por acusar a un muerto de violador. Un muerto no natural. Un chico de 24 años, asesinado por el novio de una podemita que fue condenada por complicidad con el asesino. El tipejo es diputado. Los familiares de la víctima asesinada y posteriormente vejada por el tipejo....
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2 Replies to “EL TIPEJO”
Un sensato equilibrio en esta opinión
Caridad y justicia cristianas muchas veces se contraponen
Este ya no es un asunto de caridad sino de pura justicia
No se puede abusar de la caridad y las buenas intenciones de las personas
Tampoco se trata de xenofobia. Mi más estrecha colaboradora es venezolana. En España son bien recibidos todos los que vienen con intención sana de prosperar y arrimar el hombro. Al parásito, español o extranjero, justicia.
Estamos todos para el progreso y el trabajo. El mamoneo, de aquí y de allá, hay que pasarlo por la cirugía.
Este individuo es intrínsecamente malo, perverso, sea cual sea el envoltorio que le ha tocado en suerte, o que la naturaleza le haya condenado a una silla de ruedas. Eso da igual. Es más, por su maldad, es más resentido, rezuma más veneno. Me viene a la mente, Stephen Hawking, no se si con la misma enfermedad, pero sí igualmente impedido, inmovilizado y sufriente, pero diametralmente diferente, uno bueno, el otro malo. Porque lo digan o no, sufren. En el pieza argentino, ese sufrimiento unido a su maldad natural es una bomba explosiva. El Sr. Hawking una eminencia que ha aportado a la humanidad grandes conocimientos. El otro, miserable y venenoso. Qué diferencia, ¿verdad?.
De todas formas, mucho han tardado los jueces, los periodistas ya ni hablemos, casi todos, los mayoritarios, en la cuerda. Todos calladitos, y cuánto han callado y callarán. Qué cuajo tienen. El país por el retrete en muchos aspectos y aquí, todos los que pueden por sus cargos y visibilidad pública, calladitos, sin decir ni mu. A su sanchidad se le permite todo, a veces me pregunto hasta dónde se le va a permitir llegar. Supongo que hasta que todos estemos arruinados y hambrientos. A lo mejor, ahí ya sí tímidamente, alguien levanta la voz y dice basta.