Equivocarse sin disculpa, meter la gamba hasta los cotubillos, no resulta agradable. Hace pocos años, Inés Arrimadas era mi ídolo. Sólo un resquemor. Su marido, nacionalista catalán, podía estropearla. Uno se hace con el que yace. Abandonó Cataluña y se instaló en Madrid para medrar. Algunos de los grandes valores de Ciudadanos, que la conocían mejor que yo, se largaron de Ciudadanos, entre ellos el gran Girauta. Ahora le corresponde dar el paso a Toni Cantó, el actor que rompió en honesto político y estupendo parlamentario.
Inés Arrimadas se ha arrimado tanto a la traición, que ha terminado abrazado a ella. Mi admiración por la mujer política valiente ha viajado, y hoy está depositada sobre los hombros de Isabel Ayuso, que añade a su inteligencia y experiencia una cualidad transversal. Que los tiene cuadrados.
Habrá elecciones en Madrid para la Presidencia de la Comunidad el 4 de mayo...
Para seguir leyendo el artículo de Alfonso Ussía hay que estar Suscrito.
Elige el modelo de suscripción que prefieras o, si ya formas parte del Club Alfonso Ussía, accede a tu cuenta:
Contenido privado
Entra o suscríbete ahora