Agradezco no ser el embajador de Marruecos en España. Mi añorada y queridísima madre, que Dios tenga en su Gloria, me lo adelantó cuando era un niño de seis años. “No sé lo que serás en el futuro, Alfonsito, pero no te veo de embajador de Marruecos en España”. Y se ha cumplido su vaticinio. Y lo agradezco por partida doble. Tiene que resultar terrible ser objeto de un chorreo de la ministra de Asuntos Exteriores de España, la Chachona. Rostro severo, carácter fuerte, voz acerada y acción decidida:
“Llamaré a la embajadora de Marruecos”. Y la embajadora temblando, escondiéndose detrás de las cortinas, y aleccionando a su mayordomo......
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